|

¿El ambiente interior está enfermando a su mascota?

Hoy abordo la pregunta “¿Está enfermando el ambiente interior de tu mascota?”. La mayoría de nosotros queremos a nuestras mascotas y queremos hacer todo lo posible para que disfruten de su vida. Les proporcionamos juguetes y les damos la mejor comida para mantenerlos sanos y, si enferman, los llevamos al veterinario para que se sientan mejor. En el artículo de hoy, profundizaré en el tema de cómo nuestros hogares pueden enfermar a nuestras mascotas. Cuando hablamos del ambiente interior y de los factores causantes de enfermedades, debemos tener en cuenta tres fuentes principales de toxinas: el moho, las toxinas (micotoxinas) y las sustancias químicas volátiles (COV).

Las toxinas se definen como sustancias venenosas propias de las actividades metabólicas de un organismo vivo. Es un dicho común en toxicología que “la dosis hace el veneno”, lo que significa que cualquier cosa es tóxica si se le da suficiente cantidad. Sin embargo, es igualmente importante comprender que cada persona se desintoxica a un ritmo diferente, y que lo que afecta a una persona puede no afectar a otra de la misma manera. Como se observa en la Figura 1 de Michael Court, se puede ver que, para diferentes moléculas, los seres humanos, los gatos y los perros desintoxican a ritmos muy diferentes1. Dado que las micotoxinas y los COV se desintoxican principalmente mediante conjugación, esto puede resultar problemático en ocasiones.

El moho y sus toxinas (micotoxinas) están presentes en muchos entornos diferentes. Estas moléculas son metabolitos secundarios tóxicos producidos por hongos de los géneros Aspergillus, Penicillium, Fusarium y Stachybotrys 2. Estas toxinas tienen una amplia gama de efectos nocivos, como inmunotóxicos, nefrotóxicos, hepatotóxicos y cancerígenos 3. Debido a estos aspectos nocivos de las micotoxinas, cada año se gastan millones de dólares en controlar el suministro de alimentos. Tanto en la Unión Europea como en Estados Unidos se han impuesto límites estrictos a las cantidades de diferentes micotoxinas que pueden estar presentes en los alimentos. Sin embargo, incluso con estas salvaguardias, en 1951, 1998, 2005 y 2020 se notificaron en Estados Unidos intoxicaciones agudas y muertes de perros alimentados con alimentos que contenían maíz infestado con hongos productores de toxinas. 4,5Sin embargo, una fuente de exposición a micotoxinas que está empezando a identificarse en la comunidad científica es la exposición a hongos y micotoxinas en edificios dañados por el agua. Uno de los primeros estudios fue el de Tuomi et al. en 2000. Este estudio mostró altos niveles de micotoxinas en las WDB6. Este estudio ha sido respaldado por otros múltiples estudios, incluido uno de Andersen et al. en 20117. A pesar de que se han realizado múltiples estudios que muestran la presencia de micotoxinas en los hogares y en las personas, no se ha encontrado nada que vincule ambas cosas y nada que relacione las micotoxinas domésticas con la exposición de las mascotas. Con el fin de mejorar el campo, dirigí un estudio para ayudar a producir rangos normales y rangos de diagnóstico para los seres humanos expuestos al moho y las micotoxinas. Esto se publicó en la carta Townsend en 20198. Recientemente Stephanie Medcroft, DVM, y yo realizamos un estudio piloto utilizando ocho perros que estaban expuestos al moho (comprobado por la prueba ERMI) para obtener un rango de valores. Como puede verse en la figura 2, observamos un aumento de los valores de micotoxinas en los perros expuestos al moho. Estos perros parecían sufrir muchos de los mismos síntomas que vemos en los humanos, como falta de energía, temblores, problemas hormonales y tumores.

El siguiente grupo de toxinas a tratar son los COV. Al igual que los seres humanos, los animales de compañía están expuestos a más sustancias químicas nocivas cada año que pasa. Las mascotas pueden estar más expuestas debido a su escasa proximidad al suelo. La seguridad y la toxicidad no se evalúan de forma generalizada antes de que los productos químicos salgan al mercado. Esto conduce a un entorno en el que las sustancias químicas tienen que causar daños a una parte significativa de la población antes de ser retiradas o prohibidas del consumo público. Esto puede observarse en el BPA, que, tras su liberación, demostró poseer efectos estrogénicos y propiedades de metilación del ADN 9. Otro estudio de caso se describió en Lehner et al., en el que se mostraba cómo las sustancias químicas ignífugas podrían haber provocado la muerte de varios perros. En este informe, los autores concluyen que la ingestión de cojines de asiento de coche que contienen los retardantes de llama clorados TCEP y TCPP indujo convulsiones epileptiformes mediante la inhibición de GABA 10. Lo mejor que podemos hacer para ayudar a nuestra familia de mascotas, así como a nuestras familias humanas, es asegurarnos de que nuestros hogares son lo más seguros posible. Podemos ayudarle en esta tarea proporcionándole inspecciones exhaustivas de moho, micotoxinas y COV de sus espacios vitales. Visite nuestro sitio web, www.realtimelab.com, para obtener más información.

1. Court, M.H. Feline drug metabolism and disposition: pharmacokinetic evidence for species differences and molecular mechanisms. Vet Clin North Am Small Anim Pract 43, 1039-54 (2013).

2. Jedidi, I. et al. Aislamiento de micoflora y caracterización molecular de especies de Aspergillus y Fusarium en cereales tunecinos. Saudi J Biol Sci 25, 868-874 (2018).

3. Ferruz, E. et al. Inhibition of Fusarium Growth and Mycotoxin Production in Culture Medium and in Maize Kernels by Natural Phenolic Acids. J Food Prot 79, 1753-1758 (2016).

4. Bailey, W.S. & Groth, A.H., Jr. The relationship of hepatitis X of dogs and moldy corn poisoning of swine. J Am Vet Med Assoc 134, 514-6 (1959).

5. Stenske, K.A., Smith, J.R., Newman, S.J., Newman, L.B. & Kirk, C.A. Aflatoxicosis in dogs and dealing with suspected contaminated commercial foods. J Am Vet Med Assoc 228, 1686-91 (2006).

6. Tuomi, T. et al. Mycotoxins in crude building materials from water-damaged buildings. Appl Environ Microbiol 66, 1899-904 (2000).

7. Andersen, B., Frisvad, J.C., Sondergaard, I., Rasmussen, I.S. & Larsen, L.S. Associations between fungal species and water-damaged building materials. Appl Environ Microbiol 77, 4180-8 (2011).

8. Shaw, W. & Pratt-Hyatt, M. Los marcadores bioquímicos en la orina asociados con el sobrecrecimiento de moho gastrointestinal están relacionados con micotoxinas urinarias elevadas en pacientes con sospecha de enfermedad por moho. Townsend Letter (2019).

9. Qin, T. et al. Epigenetic Alteration Shaped by the Environmental Chemical Bisphenol A. Front Genet 11, 618966 (2020).

10. Lehner, A.F., Samsing, F. & Rumbeiha, W.K. Organophosphate ester flame retardant-induced acute intoxications in dogs. J Med Toxicol 6, 448-58 (2010).